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miércoles, 27 de julio de 2011

De la admiración al hastío en 140 caracteres: Mi fracaso amoroso 2.0 con Esquire

Esta es la historia de un desengaño amoroso por culpa de Twitter.
Portada de Esquire enero 2010
Todavía recuerdo la primera vez que divisé su portada en la estantería de la tiendecita de prensa del poblado donde vivo. Y, como ocurre en tantos casos, fue un “flechazo a primera vista”. Supongo que aquella fotaza de Viggo Mortensen en blanco y negro tuvo mucho que ver, pero también su diseño, un tanto retro, con las letras blancas sobre fondo negro a juego con la ropa de Viggo. Eso y el titular Apocalipsis Viggo (en la peli más bestia de 2010) atrajo definitivamente mi atención. Tenía muchas ganas de saber más sobre una película, aún no estrenada en España y que me iba a marcar durante una buena temporada, ‘La carretera’.

Me fije en la cabecera. Esquire. Umm… tenía entendido que era una publicación norteamericana ¿será la misma? No es que yo ande muy puesta en revistas, la verdad.

Pese a mi escepticismo creciente en cuanto a la ecuación Calidad en portada=Calidad de contenidos, decidí ojearla.

Una vez que conseguí alcanzarla (siempre la ponen en el estante más alto de toda la tienda) la abrí y… uff ¿Pero qué es esto? Más fotazas y más diseño, consejos útiles de moda poniendo de ejemplos a Mick Jagger, Robert Reford, Paul Newman, Marlon Brando, Steve MacQueen e incluso ¡Woody Allen! *#!@ Diario de rodaje de “La carretera” por el mismísimo Javier Aguirresarobe. Fotorreportaje alucinante sobre el corazón del blues por el fotógrafo Javier Arcenillas. Entrevista a ‘Jack’ de Lost, a John Carlin (el escritor del libro en el que se basa la película Invictus), a Vincent Cassel (actor y marido de Monica Bellucci, sí, yo tampoco lo sabía). Homenaje a Sam Peckinpah, y además humor, mucho humor. En cada página, en cada apartado, humor literario, humor visual, diseño con humor, una cariñosa y divertida sección de “chicas que ponen de buen humor”, otra desternillante con “10 cosas que aún no sabéis de nosotros” en esta ocasión por Juan Ibáñez (la hormiga Trancas) y más fotazas, hasta los anuncios (la mayoría) están muy chulos.

No salía de mi asombro. Ya estaba colada. Por fin una revista que me resultaba interesante, toda ella.

Cuando llegué a casa y enseñé con orgullo mi nueva adquisición a mi chico, ocurrió una conversación parecida a esta:
- ¡Vaya, Esquire! la revista para hombres interesantes. ¡Qué bien, gracias!
- ¿Perdón?
- Sí, es una revista para hombres.
- ¡¿Y eso quien lo dice?! – dije, mientras la apartaba de sus manos –.
- eh… ese es su eslogan, lo pone en el lomo. Entonces ¿no me la has traído a mí?
- (chiste fácil)
- Bueno, es verdad, tú eres más un hombre interesante que yo.

Y a partir de ese momento, comenzó una relación de lo más fiel con esta cabecera. Cada mes yo la compraba y los dos la disfrutábamos poquito a poco, como si fuera una caja de bombones. Siempre con la sensación de que se te había escapado algo interesante o divertido; o que había una entrevista que querrías volver a leer, se nos fueron acumulando Esquires por toda la casa. Los números favoritos pasaban a un lugar privilegiado: la biblioteca del baño. Ahí están todavía mis adorados Viggo Mortensen (portada de enero 2010) o Steve McQueen (portada de noviembre 2010).

Como sucede a tantas parejas, el mundo 2.0 se mezcla con el físico y un buen día llegó Twitter a nuestra vida y lo cambió todo. En el momento de configurar mi cuenta se me ocurrió que a lo mejor Esquire tenía perfil y qué mejor forma de continuar con nuestro idilio ¿no? Con la misma ilusión del primer día que compré la revista, me hice seguidora de @EsquireEs. Estaba ansiosa por leerlos en tiempo real y si así lo requería el asunto, poder interactuar con ellos.

Si Twitter invita al concentrar el ingenio en pocas palabras y Esquire rezuma ingenio por todas sus páginas, la combinación de ambos por lo pronto prometía algunas risas.
El principio no me defraudó, llegué en el mes en que su portada estaba dedicada a Ferran Adrià y además al frotar las letras de la cabecera, éstas emitían el aroma de El Bulli. De modo que muchos de los tuits eran retuits de lectores ingeniosos, generosos y divertidos, con los que te podías identificar fácilmente.

Pero cuando comenzaron los tuits genuinos… uy, qué chasco! me sentí como “El macho español” del monólogo de Agustín Jiménez (minuto 2:30) viendo los Puentes de Madison. Pero en mi caso era más bien “enga, dale Esquire, vamos allá… ¬_¬ … está flojito en esta…”

Los tuits me resultaban aburridos (incluso algunos un poco encopetados) y me di cuenta de que ese mes no tenía ganas de comprar la revista, pero ¡Cómo podía ser! ¿Será que no estábamos hechos el uno para el otro? ¿O a lo mejor es que su versión microbloggin sí es más para hombres? Me consta que su web y sus blogs son de gran calidad, así que debe ser un problema de expectativas. O quizás no.

Veamos, ¿qué esperaba yo?
Pues, no sé, un poco de todo. Tuits con los que poder identificarme, aprender y reírme, humildes, colaborativos y cercanos. Enlaces con gancho a contenidos interesantes, reencontrarme con algunas de las divertidas Reglas Esquire (con su dibujillo correspondiente) como la nº 1.578 “A partir de la 4ª maceta (cactus = a 1/2 planta) el escritorio pasa a considerarse vivero”. Acceder a las play list que se recomiendan en la revista, elaboradas en Spotify. Un poco de juego 2.0, vaya. Aunque parece que en este tema se ya están dando pasos, un buen ejemplo son las recomendaciones a través de Los lugares favoritos del universo Esquire en 11870.com, lo he descubierto hoy y me parece un estupendo comienzo 2.0 ;)

¿Qué me encuentro?
Una mayoría de tuits que son meros anuncios de sus contenidos online, sin más gracia, ni más nada. Del tipo: “Una nueva entrada en nuestro blog…”.
Para ser justos, sí enlazan vídeos y algunas fotos, pero el tuit no termina de engancharme para ver el enlace. Por otro lado, casi siempre me da la impresión de que la conversación es hacia dentro, es decir, Esquire tuitea para Esquire y sus colaboradores y resulta todo un poco hermético, yo diría que elitista. Por lo que no se genera conversación. De hecho, es muy significativo lo poco comentados que son sus tuits, hay pocas respuestas a sus entradas teniendo en cuenta el número de seguidores que posee (ya casi los 10.500).

En definitiva, me estoy planteando serle infiel y dejar de seguirlos en Twitter, prefiero esto a cogerles manía en un abrir y cerrar de tuits (como ya me está sucediendo) y dejar de comprar definitivamente la revista. Sería una pena que nuestra historia acabara de este modo. Estoy segura de que sólo es un problema de comunicación, de mala comunicación.

@maitelavado




7 comentarios:

  1. Muy interesante. a mi también me gusta mucho la revista aunque nunca he seguido su twitter. Es un ejemplo de que no se puede ser un genio en todos los soportes.
    Me ha encantado tu post ;-)

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  2. que risas me ha gustado mucho tu post, no he visto nunca la revista pero creo que si la próxima vez que vaya al quiosco la encuentro la ojearé

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  3. Muy bueno el post, Maite! Yo nunca he leído la revista...y mira que soy doña revistas!

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  4. Yo también leo Esquire, pero no lo compro. Prefiero ir a un bar de diseño o una peluquería fashion donde la tienen al lado de Mondo Sonoro y los periódicos generalistas. O hojearla en la librería del Fnac, donde hojeo sin vergüenza muchas revistas de tendencias y de diseño ;)

    Gran post por su fondo y su forma: risas, atracción, amor, triangulo amoroso (revista, tu chico y tu), tecnología, desengaño, suspense... ¡a ver como acaba!

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  5. Maite, yo relaciono Esquirre con mis viajes en Vueling, y tengo que decir que me encanta la revista y considero a Vueling mi compañía aérea preferida... por muchos detalles y uno es las revistas que ponen a nuestra disposición (ling, Esquirre...)

    Yo te recomiendo que dejes su cuenta en Twitter, mejor seguir disfrutando de la parte que te gusta ...

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  6. jajaja... me ha gustado más leer vuestros comentarios que escribir el post.

    Ey! Roger, Mondo Sonoro también anda por aquí, cerquita de Esquire.

    Yo también tengo ganas de ver como acaba la cosa, por lo pronto a raíz del post me ha dado penilla dejar de seguirlos y bastante curiosidad por ver si hay algún cambio. Así que ya os contaré...

    Umm... tengo que probar Vueling, nada más que por lo que cuentas ya me gusta, Raquel.

    Muchas gracias a todos por vuestros comentarios, me ha encantado compartir esta pequeña historia-análisis con vosotros. Todo un placer, de verdad.

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  7. Bueno, bueno... parece que @EsquireEs se empieza a poner las pilas:
    EsquireEs
    Buenos días amigos! Comienza agosto! Lo combatimos con un juego? Con el Sueño de Una Noche de Verano? #sunv

    EsquireEs
    El juego es sencillo ...Tras ver Midnight In Paris, de Woody Allen, se nos ha ocurrido contar nuestro Sueño de Una Noche de Verano ... #sunv

    EsquireEs
    Contar aquél concierto al que hubiéramos matado por acudir, con el que soñamos con ir ... #sunv

    Y parece que está teniendo una gran aceptación. En dos horas ya han recopilado una veintena de sueños :) Qué bien! no parece que hoy sea el día de la ruptura 2.0

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